Gigantes.

A los gigantes, hijos del dios Karevan, Señor de la Piedra, se los llama así por su gran envergadura; son el doble de grandes que un humano de tamaño medio, y los más grandes pueden alcanzar los cuatro metros de altura. No sólo son altos y fornidos, sino que, además, su piel, de tonalidad gris, es dura como una roca. Si se quedan quietos pueden confundirse con el paisaje en un terreno montañoso. Los gigantes son conocidos por su impasibilidad y su independencia. Son seres solitarios que viven de espaldas al mundo. No es que desprecien el contacto con sus semejantes: es que no lo necesitan, salvo en contadas ocasiones. Es difícil ver un gigante lejos de Nanhai, su lugar de origen. Hasta en eso son como rocas: el tiempo pasa por ellos sin apenas alterarlos; la historia transcurre a su alrededor sin que sientan la necesidad de intervenir. Los gigantes contemplan el mundo con la actitud de una montaña: las personas nacen, viven y mueren, pero la montaña siempre permanece ahí.

Hábitat de los gigantes 
Los gigantes habitan en Nanhai, las tierras del hielo. Es un territorio situado al norte del continente, encerrado en un círculo de altas cordilleras denominado ―el Anillo de Hielo‖. Es una zona fría e inhóspita que, además, resulta de muy difícil acceso para cualquiera que no sea un gigante. Esto ha contribuido al aislamiento de una raza que, junto a la de los varu y las serpientes, es la más desconocida de Idhún. La mayoría de la gente teme a los gigantes por su enorme tamaño, pero lo cierto es que son una raza bastante pacífica. En Nanhai no han construido nada parecido a una sociedad. Amantes de la soledad, cada gigante vive en su propia caverna, y se forman grupos familiares sólo mientras los hijos son todavía jóvenes. No existen ciudades ni poblaciones de gigantes, ni nada que se le parezca. Cada gigante se ocupa de su propia subsistencia, cazando y recolectando su propio alimento. El manjar favorito de los gigantes es el barjab, una enorme bestia blanca que se encuentra en gran número en las heladas tierras de Nanhai. Con todo, los gigantes no viven totalmente aislados. Poseen la capacidad de hacer vibrar la roca, lo que les permite comunicarse unos con otros en caso de necesidad.